La conexión entre docente y alumno - Academia CLAUSTRO

¿Existen buenos y malos profesores? La conexión entre docente y alumno

¿Qué cualidades debe tener un profesor para ser juzgado como bueno por parte de los estudiantes? ¿Basta con que el docente tenga un dominio absoluto de la materia que explica? ¿O, en cambio, influyen otros factores para que los alumnos tengan un buen concepto de él?

Es decir, ¿tiene que limitarse un profesor a intentar exponer el contenido de los temas de su asignatura de una manera perfecta sin preocuparse de nada más? ¿Puede darse el caso de que un mismo profesor les parezca excelente a unos alumnos y, a su vez, pésimo a otros estudiantes distintos? ¿Existen, en definitiva, docentes buenos y malos?

Durante la vida estudiantil, tanto en el colegio como en la universidad, la interacción maestro-alumno y su relación con el aprendizaje puede ser una experiencia maravillosa en algunos casos, pero también desafortunada, en otros. ¿De qué puede depender el éxito de esta relación?

Juan Carlos Rodríguez, doctor en Psicología y director del Grado en la Universidad de Antonio de Nebrija en Madrid (UAN)

Juan Carlos Rodríguez, doctor en Psicología y director del Grado en la Universidad de Antonio de Nebrija en Madrid (UAN) – Fotografía: nebrija.com

 

Sin duda, coexisten muchos factores, sin embargo, uno de los más relevantes es la imagen o percepción mutua que existe entre la simbiosis docente-alumno. Esta es una de las conclusiones a las que han llegado investigadores del departamento de Educación de la Universidad de Concordia (Montreal, Quebec) en un reciente estudio llevado a cabo gracias a la comunidad virtual Reddit, una red social que abarca infinidad de materias en las que los usuarios agregan sus opiniones sobre noticias o temas específicos.

La investigación se ha basado en el análisis de 600 entradas publicadas entre los años 2009 y 2015. En dichas entradas los participantes debatieron anónimamente sobre las características de un buen o de un mal maestro. Y una de las conclusiones a las que han llegado ha sido que la comprensión que se tiene de los docentes y de su forma de transmitir una materia se basa en los valores personales, educativos y, posiblemente, en nuestra compresión particular de género.

¿Qué significa ser un buen profesor?

Según sus autores, se demuestra que los estudiantes tienen diferentes estilos de aprendizaje y personalidades y que responden de manera diferente a los profesores en base a sus propias necesidades y perspectivas. Frente a esto, el doctor en Psicología y director del Grado en la Universidad de Antonio de Nebrija en Madrid (UAN), Juan Carlos Rodríguez, asegura que lo primero que habría que plantearse es qué significa ser un buen profesor.Para los alumnos un buen docente puede ser aquel que, además de dominar la materia, muestra entusiasmo en clase, tiene relaciones cordiales con los estudiantes y, además, comunica de forma correcta. A este respecto, un profesor con estas características puede influir de forma positiva en el aprendizaje de sus alumnos”, comenta. Sin embargo, supone esto que si la personalidad de un profesor no comulga con la de un alumno, este, ¿estaría condenado a la frustración académica?

No necesariamente, pero le costará más adaptarse a esas clases, estudiar y obtener mejores resultados que otro estudiante que sea más compatible con la personalidad de ese profesor. “Los valores que una persona posee van a influir en su conducta y las personas que ejercen la docencia no son una excepción. Los valores que cada uno de los profesores posea pueden influir en su docencia, en su contenido y hasta en la forma de dar las clases”, asegura el experto.

La figura del maestro importa y la percepción popular que se tiene de ellos les afecta no solo a ellos mismos, sino a la propia educación y enseñanza.

En el estudio se refleja que lo mejor y peor de los profesores se divide en tres categorías: las cualidades profesionales y personales del profesor, los resultados de aprendizaje del estudiante y la relación entre el estudiante y el maestro. En cuanto a las cualidades profesionales, los “mejores” maestros eran elogiados por ser inteligentes, atractivos, delicados, tolerantes y estrictos pero justos, mientras que los “peores” fueron descritos como incompetentes, carentes de juicio, perezosos, injustos e inflexibles.

Lo que llama la atención de los resultados es que un número idéntico de docentes eran aplaudidos por características diametralmente opuestas. Por ejemplo, para muchos alumnos ser un profesor tranquilo es una cualidad buena, mientras que para otros resulta algo criticable por no ser un docente vivaz. Para Rodríguez, en casos extremos, hay personalidades que no son compatibles con otras y puede suponer un problema, aunque lo habitual es que la mayoría de los profesores puedan conectar con sus alumnos. “No existe un perfil de profesor eficaz para todos los niveles ni para todas las materias cuya valía se fundamente en aspectos individuales de la personalidad”, afirma. “Quizás sea el profesor que sabe en cada momento cómo facilitar la construcción del conocimiento de sus alumnos y cómo ajustar, de la mejor manera posible, la ayuda necesaria según las características de la situación, del contenido y de los propios alumnos”, matiza.

En cuanto a las diferencias de género, Rodríguez, apunta que se están superando. “Hoy en día cualquier persona que se dedica a la enseñanza puede impartir cualquier materia. Ser hombre o mujer no es un problema en relación con la docencia de cualquier materia”, concluye.

Por lo tanto, queda claro que un profesor debe cuidar diferentes aspectos (no solo la explicación perfecta de su asignatura), si desea que su trabajo sea reconocido por parte sus alumnos y que estos tengan también un buen concepto de él como docente.

Fuente: El País / RDJ

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