En las oposiciones a Policía Nacional, ten cuidado con la ortografía
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Las pruebas para el ingreso en el Cuerpo Nacional de Policía están divididas en pruebas físicas, teóricas, una entrevista personal y tests psicotécnicos. Son pruebas eliminatorias y transcurren en ese orden.
La prueba de «Conocimientos y ortografía» consiste en un cuestionario tipo test con 100 preguntas; tienes 50 minutos y cada pregunta consta de un enunciado y 3 alternativas de respuestas, de las que solo una es verdadera.
De esta forma, la ortografía es un aspecto fundamental que cualquier alumno que aspire a aprobar la oposición de ingreso a la Escala Básica del Cuerpo Nacional de Policía tendría que tener muy en cuenta, independientemente del tipo de examen que deba superar y para el que se esté preparando. Los errores ortográficos le supondrán, como mínimo, una penalización en la puntuación de la calificación de dicho examen.
A veces, incluso, esos fallos le pueden ocasionar el no superar la prueba. Es el caso, por ejemplo, del examen de acceso al Cuerpo Nacional de Policía, en el que los aspirantes deberán afrontar en dos de las pruebas preguntas relacionadas con cuestiones ortográficas.
La prueba de conocimientos y ortografía
Es la segunda prueba y se trata de un examen tipo test de cien palabras donde el opositor tendrá que marcar con “A” los términos que estén correctamente escritos y con “B” aquellos que sean incorrectos desde el punto de vista de la ortografía. Para ello dispondrá únicamente de ocho minutos. Esta limitación de tiempo hace que sea necesario poseer un buen dominio de la ortografía de la Lengua Española para poder detectar con seguridad y rapidez las palabras mal escritas.
El examen psicológico
En la tercera prueba, denominada examen “Psicológico”, además de la entrevista personal, hay un test psicotécnico: se trata de cinco bloques de diez preguntas cada uno sobre distintas cuestiones de ortografía. De nuevo aquí es fundamental, por lo tanto, el dominio ortográfico por parte del aspirante.
Algunos consejos
Mi experiencia como filólogo me dice que ninguna de estas pruebas hubiera supuesto mayores dificultades hace años. Sin embargo, hoy día la cosa es bien distinta. ¿A qué puede deberse este cambio? Son varias las causas que conviene señalar:
- En primer lugar está la tendencia de la sociedad actual a una comunicación cada vez más rápida: lo importante es decir lo básico con pocas palabras y en el menor tiempo posible. Este tipo de comunicación, donde juegan un papel muy importante las redes sociales y las diferentes aplicaciones de mensajería instantánea, supone un mal uso de la ortografía debido a esa rápida comunicación que uno quiere establecer: por querer utilizar el menor número de caracteres y de palabras posibles, se omiten tildes, se abrevian muchos términos o se eliminan consonantes como la “h”. Si ese mal empleo intencionado quedase relegado solamente a este tipo de comunicación, el problema no sería muy grave. Sin embargo, por la influencia del uso abusivo de los mensajes instantáneos en los teléfonos móviles y en otro tipo de dispositivos electrónicos, el correcto empleo de la ortografía se ha visto claramente perjudicado, ya que las personas, en numerosas ocasiones, dejan de ser conscientes de cómo se escribía una palabra concreta al llegar el momento de tener que utilizarla en un escrito formal como puede ser un examen. Esas dudas conllevan a que se cometan fallos y que, en el caso del examen tipo test para el acceso al Cuerpo Nacional de Policía, los ocho minutos de los que dispone el aspirante a la plaza no sean suficientes para resolver las cien palabras propuestas.
- El segundo factor que habría que tener en cuenta para el retroceso progresivo en el correcto empleo de la ortografía española sería el del poco hábito que hay en España a la lectura. Si bien el último Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros realizado en 2017 por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte arroja una ligera tendencia al alza en cuanto al número de lectores, esa cifra sigue siendo muy baja en comparación con la de otros países. Además, el informe resalta que “se ha reducido el número de lectores que leen todos o casi todos los días, que pasa del 31,2% al 29,9%.” Sin duda, esta cifra es un tanto preocupante.
- Por último, un buen hábito escritor del estudiante u opositor resulta indispensable para dominar la ortografía: estar acostumbrado a escribir, a expresarse y a redactar durante un espacio de tiempo ininterrumpido influye siempre de manera positiva. A menudo los errores que comete el alumno no son debidos a un desconocimiento en sí de las reglas, sino a no darle a la ortografía la importancia que se merece, es decir, a considerarla como algo secundario y un tanto insignificante. A esta desatención se unen la fatiga y los despistes en los exámenes por no estar habituado a tener que concentrarse en la ortografía de las palabras.
En conclusión, todos los factores señalados anteriormente contribuyen a que cualquier prueba de ortografía se convierta en un verdadero calvario para todo aquel que deba afrontar un examen de este tipo.
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Autor del artículo: RDJ
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