Elevado desconocimiento de alumnos de 2º de Bachillerato acerca de algunas de las preguntas de Lengua de Selectividad - Academia CLAUSTRO

Elevado desconocimiento de alumnos de 2º de Bachillerato acerca de algunas de las preguntas de Lengua de Selectividad

En los últimos años ha ido en aumento algo ciertamente preocupante: la falta de información que tienen los alumnos de 2º de Bachillerato sobre el posible tipo y contenido de algunas de las preguntas de la prueba PEvAU de la asignatura de Lengua.

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Hemos percibido este desconocimiento en muchos de los estudiantes que se matriculan en el Curso Intensivo de Claustro.

Se supone que deberían venir de sus respectivos centros sabiendo con exactitud qué tipos de preguntas les pueden entrar en el examen, pero eso no es así. Al principio siempre poníamos en cuarentena lo que nos decían los estudiantes. Creíamos que esa especie de ignorancia sobre aspectos de la prueba se debía al despiste de los alumnos. Sin embargo, el hecho de que otros estudiantes, en ocasiones del mismo centro que los anteriores, nos dijeran lo mismo, nos dejó pronto claro que no se trataba de un problema en sí de esos estudiantes, sino del profesor o profesores de su centro.

La desinformación afecta, por un lado, a la pregunta 4 del examen y, por otro, a la forma en la que deben ser desarrolladas las cuestiones relacionadas con el comentario de texto siempre siguiendo las pautas de los criterios de corrección establecidos por la Universidad.

Por supuesto, no vamos a indicar en este artículo la manera correcta en que hay que responder (eso lo reservamos para las clases), pero lo que sí queremos expresar nuestra extrañeza y preocupación ante la labor de algunos profesores que por dejadez o por cualquier otro motivo no preparan correctamente a sus alumnos para la decisiva prueba de acceso a la Universidad.

En todos estos años de experiencia impartiendo clases nos hemos encontrado con auténticas barbaridades en cuanto a la forma en la que los estudiantes estaban acostumbrados a desarrollar las respuestas a las preguntas anteriormente citadas. Y, como hemos dicho, no era problema de un alumno en concreto, sino de un número bastante considerable. Hemos llegado, incluso, a pedirles comentarios o exámenes corregidos por sus profesores para asegurarnos de que era cierto aquello que nos estaban comentando y nos hemos quedado perplejos al comprobar que, en efecto, los docentes les habían enseñado a hacer los comentarios de una manera un tanto esperpéntica y totalmente al margen de lo establecido por los criterios de corrección y de lo que se recomienda en las reuniones de la ponencia de la asignatura de Lengua.

No es de recibo que se juegue con el futuro de los estudiantes por querer transmitirles una forma de trabajar el comentario más cercana a los gustos del profesor en cuestión que a lo que se pide en los criterios: incluir aspectos irrelevantes, omitir otros imprescindibles, realizar el comentario crítico mucho más breve de lo solicitado….

En lo que atañe a la pregunta 4, es inadmisible que se ponga como excusa que las oraciones ya se han trabajado en 1º de Bachillerato y que, por tanto, ya no se van a estudiar en 2º o que, si se trabajan, será a modo de pequeño repaso. Cada vez es mayor el número de alumnos que presentan un desastroso nivel en sintaxis y la respuesta más frecuente cuando les preguntamos el motivo es: “el profesor nos dijo que las oraciones ya se habían estudiado en el primer curso de Bachillerato y que no las iba a volver a explicar en 2º. Casi no hemos analizado oraciones este año”.

Teniendo en cuenta que ya de por sí a los estudiantes les cuesta muchísimo el análisis o comentario de las oraciones y que la oración es la pregunta “estrella” dentro del apartado 4 de la prueba, ¿cómo es posible no trabajarlas, explicarlas y practicarlas a fondo durante 2º de Bachillerato?

Por eso, cuando al final de un curso intensivo algunos alumnos se nos acercan para despedirse y nos comentarme que han aprendido más en esos once o doce días en las clases y con los diferentes profesores de Claustro que en los dos años de Bachillerato en su centro, nos damos cuenta de que, actualmente, la situación de la enseñanza no difiere mucho de la que reflejaba Pío Baroja hace un siglo en su novela El árbol de la ciencia, cuando ponía en boca del personaje de Iturrioz las siguientes palabras: “los profesores no sirven más que para el embrutecimiento metódico de la juventud estudiosa. Es natural. El español todavía no sabe enseñar; es demasiado fanático, demasiado vago y casi siempre demasiado farsante”. Una pena.

Autor del artículo: RDJ

 

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Academia de Selectividad (PEvAU) en Sevilla

 

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