Los apuntes, mejor a mano

Los apuntes, ¿mejor a mano o a máquina?

El aumento de la adquisición de dispositivos tecnológicos por parte de la sociedad producido en los últimos años también ha tenido su influencia en la enseñanza y, en especial, en el alumnado. Cada vez son más los estudiantes que usan un portátil, una tablet o un smartphone para tomar apuntes.

Las ventajas son varias: ahorro de papel, mayor velocidad a la hora de copiar tecleando que escribiendo a mano, tener todos los apuntes en un espacio reducido en lugar de en las pesadas carpetas rebosantes de folios… Sin embargo, no todo iban a ser beneficios para los alumnos.

Existen estudios que reflejan que el hecho de poder escribir más palabras por minuto no se traduce en más aprendizaje ni en mayor retentiva.

Varias investigaciones ya sugerían que la posibilidad de la multitarea y las distracciones que suponen los ordenadores son perjudiciales para los estudiantes al tomar notas. Estudios más recientes apuntan a que, incluso cuando usan el portátil solo para tomar apuntes, la velocidad de tecleo de los alumnos hace que tiendan a transcribir la lección al pie de la letra, lo que perjudica su aprendizaje. No procesan la información ni la reestructuran a su manera, no resumen, resaltan ni crean mapas conceptuales como harían a mano.

Audrey Van der Meer, profesora de neuropsicología en la Facultad de Psicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), lleva varios años estudiando el tema y recientemente ha publicado su último estudio (The importance of cursive handwriting over typewriting for learning in the classroom: A high-density EEG study of 12-year-old children and young adults), en el que analizó la actividad cerebral de doce adultos y, por primera vez en este tipo de investigación, de doce niños.

Se examinaron los impulsos eléctricos de los dos grupos mediante electroencefalografía o EEG. Los participantes llevaban un gorro con más de 250 electrodos conectados a la cabeza que registraban su actividad cerebral. Los resultados tanto en niños como en adultos mostraron que el cerebro estaba mucho más activo cuando escribían a mano que cuando tecleaban. La científica cree que “el uso de lápiz y de papel le da al cerebro más ‘ganchos’ para colgar sus recuerdos. Escribir a mano crea mucha más actividad en las partes sensomotoras del cerebro.

Muchos más sentidos se activan presionando el lápiz sobre el papel, viendo la letras que escribes y escuchando el sonido que haces al escribir. Estas experiencias sensoriales crean contacto entre
diferentes partes del cerebro y lo abren al aprendizaje”.

Van der Meer enfatiza la importancia del desafío de aprender a dibujar y a escribir a edades tempranas. Son procesos complejos que requieren tiempo y esfuerzo. “Si usas un teclado, haces el
mismo movimiento para cada letra. Escribir a mano requiere el control de tus habilidades motoras finas y de tus sentidos. Es importante poner el cerebro en un estado de aprendizaje tan a menudo como sea posible. Usaría un teclado para escribir un ensayo, pero tomaría notas a mano durante una conferencia”, concluye.

Todo esto no quiere decir que tengamos que dejar de usar los teclados, que además suponen grandes ventajas en muchas situaciones, pero el estudio indica que tampoco debemos descuidar una
actividad que nos genera muchos beneficios cognitivos, tanto a adultos como a niños.

Vistos estos datos, las escuelas especialmente no deberían dejar de lado una herramienta con tanto potencial de aprendizaje para sus alumnos.


Fuente: Quo

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