En la ortografía, como cangrejos

Algo está fallando en nuestro sistema educativo en particular y en la sociedad en general. Algo no va bien cuando cada vez se está haciendo un uso más pobre de nuestra propia lengua por parte de estudiantes, opositores y profesionales de cualquier ramo y cuando el dominio de la ortografía se empobrece año tras año sin que nadie parezca querer o poder ponerle freno.

En una sociedad donde todo avanza y progresa a pasos agigantados, nos encontramos, sin embargo, con que en lo referente al uso de nuestra lengua materna vamos hacia atrás como los cangrejos.

Soy profesor de Lengua Castellana y tengo la costumbre de tener el chip de profesor activado las veinticuatro horas del día. Es algo que no puedo evitar y que, imagino, les ocurrirá a otros muchos compañeros educadores. Hace varias noches, mientras leía el diario AS, uno de los principales periódicos deportivos de tirada nacional, encontré en su interior un suplemento de varias páginas dedicado al mundo del running. Me pareció interesante y comencé a leerlo. Pero lo que prometía ser un rato de lectura agradable pronto se transformó en la indignación más absoluta: el artículo estaba plagado de faltas de ortografía, de expresión y de acentuación que convertían su lectura en un auténtico suplicio y en un daño a la vista. Resultaba realmente imposible continuar leyendo aquello.

Para que sirva como prueba de que no es ninguna exageración por mi parte, a continuación incluyo la foto que tomé del fragmento del artículo en cuestión (Las cifras del running no sorprenden y aumentan, diario AS, 7 de marzo de 2019).

Ahora, antes de seguir, propongo una lectura pausada y con detenimiento de este fragmento del artículo.

Las cifras del running no sorprenden y aumentan, diario AS, 7 de marzo de 2019

¿Ya está leído? ¿Hay algo que extrañe? ¿Se aprecia algo raro en cuanto a la ortografía? ¿Saltan a vista las innumerables faltas a las que me refería unas líneas más arriba? Invito ahora a un pequeño juego que puede servir al lector como autoevaluación de su propio dominio de la ortografía española: consistiría en tratar de identificar los errores del artículo y en comparar posteriormente los fallos detectados con los que he marcado en rojo en la foto que aparece a continuación y que no es más que la señalización de las faltas que contiene el artículo.

Como puede observarse, los errores son de diferentes tipos:

• de acentuación (“cuanto” es un adverbio interrogativo, siempre hay que acentuarlo y debería aparecer escrito como “cuánto”);
• de uso erróneo de proposiciones (“de” está mal utilizada: tendría que emplearse en su lugar “por” o la contracción “al”);
• de confusión de conjunciones (“si no” sería una expresión condicional y aquí debería tener valor adversativo y ser “sino”);
• mal uso de la interrogación (“¿Por qué?” tendría que escribirse, en este caso, sin los signos de interrogación al tratarse de una pregunta indirecta y “Por” debería escribirse, además, en minúscula);
• de signos de puntuación (“Strava. Aplicación que…” es una especie de aposición y en lugar del punto habría que utilizar una coma); de las mayúsculas (uso erróneo de“Running” en lugar de “running”);
• de expresión o de despistes (todos los restantes).

En definitiva, un auténtico despropósito lingüístico. Que conste que el artículo elegido no es más que un ejemplo de lo que uno se encuentra a diario en ámbitos como el del periodismo o el de la publicidad, por no hablar, por supuesto, de lo que ocurre en el mundo académico, donde los alumnos cada vez dominan peor nuestra lengua.

Por eso, me gustaría hacer una pequeña reflexión final: en la actualidad parece que lo único que importa en la sociedad, entre los estudiantes y en el ámbito laboral es dominar muy bien uno o varios idiomas extranjeros, poseer muchos conocimientos científicos y prestar toda la atención posible a aquello que tenga que ver con asignaturas como Matemáticas, Física, Química o Biología, cosa que evidentemente, es muy importante. Pero, ¿cuándo vamos a empezar a dedicarle al manejo de nuestra propia lengua y de la ortografía la atención que se merece para no seguir yendo cultural y educativamente hacia atrás como los cangrejos?

—
Autor: Raúl D. Jurado, profesor de Lengua y Literatura.

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